El bronceado sin sol empezó siendo un secreto de pasarela para darle un aspecto ‘sunkissed’ a las modelos que caminaban y mostraban prendas, ahora con los efectos que se ha demostrado que tiene el sol en la piel, se ha convertido en una herramienta para todas aquellas que quieren conseguir una piel dorada para el verano.
Ya sea por evitar el daño solar o por necesidad de lucir una piel radiante en cuestión de días, hoy existen múltiples opciones para conseguir un glow dorado espectacular sin necesidad de exponerse directamente al sol. Pero ojo: no todo se trata de aplicar producto y esperar magia. Si buscas resultados naturales y duraderos, se trata de hacerlo con técnica y paciencia, no sólo en la aplicación sino también en la preparación y los cuidados posteriores.
La hidratación es clave
Antes de hablar de espumas, toallitas o cabinas, es fundamental preparar la piel de manera adecuada. Procura hidratarla profundamente al menos un par de días antes del autobronceado, esto es esencial para que el producto se distribuya de manera uniforme.
Es común que al aplicar autobronceador sobre la piel seca o con zonas ásperas como codos, rodillas o tobillos, queden manchas poco favorecedoras, por lo que te recomendamos exfoliar con suavidad un día antes y mantener la piel hidratada para conservar resultado por un tiempo prolongado.
La mejor opción según tu estilo de vida
Hoy en día existen miles de alternativas para conseguir un bronceado libre de sol y puedes escoger el que más se adapte a lo que necesitas según tu estilo de vida y tipo de piel. Las espumas autobronceadoras son favoritas entre el público por su textura ligera, fácil aplicación y resultados graduales. Las toallitas, por otro lado, son ideales para retoques exprés o para aquellos que están de viaje, ya que ofrecen control, comodidad y un resultado mucho más natural. Para un efecto inmediato y más profesional, las cabinas o sprays de bronceado son la opción más completa ya que te dan una cobertura total en cuestión de minutos, es por eso que es perfecta para eventos especiales, sin embargo, su técnica un es más compleja y de hacerlo por tu cuenta, más propensa a que quede manchada.
El arte del timing
Si vas a broncearte para una ocasión importante como una boda, fiesta o evento social, lo más recomendable es hacerlo con un mínimo de 48 horas de anticipación. Así, el color tiene tiempo de asentarse y tú puedes asegurarte de que no haya residuos en la ropa, transferencias accidentales o ese tono anaranjado que todos temen. Además, así podrás aplicar una segunda capa si buscas intensificar el color o corregir imperfecciones.
Post bronceado: cuida tu glow
La cosa no termina una vez que hayas logrado el tono deseado. Tras la aplicación evita duchas calientes en las primeras 8-10 horas, y olvídate por unos días de exfoliarte. Hidrata tu piel todos los días con hidratantes libres de alcohol y fragancias para extender la duración del color. Si notas zonas más secas, vuelve a aplicar crema para evitar que el tono parejo se “quiebre”.
Si quieres un bronceado de impacto sin sol, basta con procurar una buena hidratación en la piel previo y posterior a la aplicación. Escoge el producto que más se adapte a lo que necesites para lucir un tono saludable y natural todo el año.