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La princesa María Carolina de Borbón-Dos Sicilias , prima lejana de la princesa Leonor y la infanta Sofía, ha sufrido un gravísimo accidente de moto que casi le cuesta la vida. Ella misma ha contado que “tengo mucha suerte de estar viva”, que acabó en la UCI y que poder contarlo es “un milagro”. La hija mayor del duque de Castro ha narrado su desgarradora experiencia y ha mostrado fotos de su convalecencia porque “me he dado cuenta ahora más que nunca de que las motocicletas son poderosas y emocionantes, pero también implacables”.
© Getty ImagesLa Princesa ha compartido varias fotos de ella, pertrechada con casco y guantes de motera y después, desde la cama del hospital de Mónaco, en el que ha sido atendida, donde se la ve con collarín y muchos cables en la cabeza en lo que parece una prueba de electroencefalograma. Gracias a su casco, la joven ha podido salvar la vida, pero el shock aún prevalece.
© carolinadebourbon
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© carolinadebourbon“Tengo mucha suerte de estar viva. Me estrellé la cabeza contra una pared mientras iba en motocicleta y terminé en reanimación en la Unidad de Cuidados Intensivos. Sobrevivir a esto ha sido un milagro”, ha comenzado su desgarrador mensaje. Desde sus redes sociales, María Carolina también hace un llamamiento: “Circula con cuidado. Usa protección completa, especialmente un casco adecuado. El mío me salvó la vida”. También ha querido dar las gracias al personal sanitario que la socorrió. “Mi más profundo agradecimiento al destacado equipo del Centro Hospitalario Princesa Grace por su atención experta durante estos días críticos, y al equipo médico de emergencia y primeros auxilios que me atendieron en el lugar, cuyas acciones rápidas y decisivas en esos primeros momentos marcaron la diferencia”, ha manifestado.
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Hace apenas unos días, María Carolina de Borbón-Dos Sicilias acudió al Festival de Cine de Cannes. También estuvo en las celebraciones del 30º aniversario de boda de los duques de Braganza en Portugal, cuyas fotos se vieron en exclusiva en la revista ¡HOLA!, antes de regresar a Mónaco para acudir a la cena de gala de clausura del Gran Premio de Fórmula 1 del Principado, donde estuvieron los príncipes Alberto y Charlene.
