Cada detalle en la organización de una boda cuenta, y mucho. Son precisamente esos pequeños gestos los que hacen del gran día una ocasión única, personal y mágica. Las mesas, y su decoración, son uno de ellos. Para acertar en su elección, te traemos tres inspiraciones para las tres celebraciones nupciales por excelencia: la petición de mano, la cena del convite y el almuerzo de la postboda, en tres entornos y estilos diferentes. Además, de la mano de Ana García-Gayoso, fundadora de Rumor Comunicación y experta en el universo nupcial, descubrimos los secretos para acertar con su decoración y el protocolo que debemos seguir para que la fiesta sea todo un éxito.
La celebración de la petición de mano
También conocida comúnmente como pedida, la petición de mano “es una vieja tradición española y europea que se celebra uno o dos meses antes de la boda”, nos cuenta Ana G. Gayoso. Suele organizarse en casa de los padres de la novia, si bien, “en ocasiones, por la dimensión de su hogar, la logística, situaciones personales o la propia edad de los padres de la novia, deciden celebrarlo en un hotel o restaurante; una opción perfectamente válida y muy práctica en determinadas ocasiones”, explica. En cualquier caso, los padres de la novia suelen ser los anfitriones de este evento, aunque, hoy en día, es muy habitual que las dos familias, o incluso, los propios novios, se involucren en la preparación de este encuentro.
Lo ideal, según Gayoso, es comenzar por un aperitivo; y este es más importante de lo que parece: “permite la llegada de los invitados -no todos serán puntuales-, que estos se conozcan entre sí antes de sentarse a la mesa, y que puedan iniciar conversaciones en un ambiente más distendido”. Desde el punto gastronómico, además, permite abrir el apetito sin satisfacerlo.
Y del aperitivo, ahora sí, pasamos a la mesa. Una vez sentados -también hay un protocolo sobre ello, del cual hablaremos pronto en otro artículo-, es el momento de disfrutar de una conversación distendida y un exquisito menú. A la hora de elegirlo, hay que tener en cuenta el tipo de celebración. Gayoso explica que “la comida que se servirá también se diseña en función de su objetivo. Para un encuentro tan especial como este, nos decantaremos por un menú rico, variado y largo”. Este puede realizarse en casa, o ser encargado, al igual que el resto de detalles, como la vajilla, la cristalería o la mantelería e, incluso, el servicio de catering y los camareros. “Para una mesa de 12 o 16 personas se necesitarán dos camareros”, recomienda Ana G. Gayoso.
Las flores, con permiso de los novios, son las otras grandes protagonistas. A lo largo de ese día, la novia habrá ido recibiendo preciosos ramos de familiares y amigos. Otra tradición muy asociada a la petición de mano, nos cuenta Gayoso, “es que estas deben estar expuestas en el salón, cediendo el lugar protagonista al ramo que debe enviar el novio ese día”. Sin duda, el broche de oro perfecto a esta íntima celebración.
La mesa de la boda
Tras el ‘sí, quiero’, llega el momento del cóctel y, más tarde, del banquete. Los novios se relajan y toca disfrutar, sin tantos nervios, del comienzo de esta nueva etapa junto a sus seres queridos.
La decoración que elijamos para vestir las mesas del día de la boda debe ser fiel al estilo de los protagonistas y al tipo de enlace que se celebre. Para las parejas más clásicas, o para aquellas que no se sientan cómodas innovando y mezclando texturas y colores, o simplemente, para aquellos novios que buscan una apuesta segura y atemporal, te recomendamos apostar por manteles blancos, ya que estos “aportan una sofisticación increíble a la mesa, además de transmitir una elegancia sencilla y minimalista”, nos cuenta Ana G. Gayoso.
Sobre el mantel, también reflejaremos nuestra personalidad y estilo con la vajilla, cristalería y otros detalles. La gran mayoría de fincas, hoteles y restaurantes ofrecen su propio menaje -incluso, muchos disponen de varias opciones y estilos para satisfacer todos los gustos-. Para esta mesa, se ha elegido una sencilla vajilla de porcelana de color blanco, cristalería labrada y cubertería de plata. La nota de color la ponen las minutas, elegantemente dispuestas sobre la vajilla. Todo pensado para ceder el protagonismo a los centros de flores, también en blanco, y en especial, a los candelabros.
¿Sabías que los candelabros tienen que ser todos iguales? ¿Y sabes por qué? El motivo es importante: “Su luz, al estar prendidos, debe ser uniforme e iluminar de la misma manera toda la mesa”, nos explica la experta Ana G. Gayoso. Además, conviene tener en cuenta su protocolo: “por supuesto, los candelabros y las velas solo se utilizan por la noche, nunca al mediodía, y las velas siempre han de estar prendidas y no desprender ningún olor que pueda interferir con los sabores y los propios olores de la comida”.
Respecto a la decoración floral, la cual es imprescindible en las mesas nupciales, siempre debe ser con flor natural y es aconsejable que se elijan especies de temporada. Además, “los centros de mesa han de ser necesariamente bajos, para no dificultar la visión entre los comensales. Este problema, sin embargo, no afecta a los candelabros, puesto que su estructura permite verse a través de ellos”. Y al igual que ocurre con las velas, “hay que intentar evitar las flores de olor penetrante, como pudieran ser los jacintos o los nardos”, concluye Gayoso. Esta mesa, además, también es perfecta si celebramos la petición de mano por la noche, con una cena formal.
La postboda, al aire libre
Con ‘resaca’ de felicidad después de la boda, muchos novios y sus familiares, en especial si hay invitados que han viajado para asistir al enlace, organizan un almuerzo o comida al día siguiente del ‘sí, quiero’. Ahora que hace buen tiempo, es una idea excelente organizar una comida o cena al aire libre; “un lujo del que hay que disfrutar siempre que se pueda, ya sea en casas particulares, en los jardines de hoteles maravillosos, o en las terrazas de los restaurantes”, cuenta Ana G. Gayoso.
En esta propuesta, nos explica, “hemos querido dar rienda suelta a nuestra imaginación, generando un ambiente mucho más desenfadado e informal”, lo cual también influye en el protocolo. “En las ocasiones en las que recibimos ‘al fresco’, las mesas suelen ser mucho más sencillas, alegres y veraniegas, y utilizar elementos naturales siempre es un acierto”. También debemos tener en cuenta la temperatura; esta debe de ser agradable en todo momento, por lo que conviene tener disponibles estufas, sombrillas u otros elementos que acondicionen el espacio.
En este caso, se ha optado por un mantel de rayas de color rojo, de aires campestres, sobre el que se ha dispuesto una vajilla con detalle de bolas en el filo. Además, en un guiño a la naturaleza, se han introducido copas de color verde y arreglos florales con guiños rústicos; siempre, sin perder la elegancia. Al igual que las dos mesas anteriores, esta también puede servir de inspiración para una petición de mano, aunque con un carácter un poco más informal.
El look de invitada
A cada una de estas mesas, por su estilo y ocasión, le acompaña un protocolo distinto y, por tanto, un dress code diferente. “Con quién, cómo y dónde van a definir el estilo de la celebración, y lo mismo ocurre con la ropa que vamos a escoger para vestirnos ese día”, explica Ana G. Gayoso.
Los encuentros más formales e íntimos requieren diseños más discretos y elegantes, que respiren sofisticación sin resultar recargados, y, en el caso de los hombres, traje y corbata. Para ambientes más informales, sucede lo contrario: los hombres podrían prescindir de corbata, aunque es recomendable que lleven camisa y chaqueta. Por su parte, las mujeres pueden recurrir a vestidos fluidos, de siluetas más relajadas y estampados étnicos, sobre todo si la celebración es en primavera-verano. Ana G. Gayoso coincide: “en esta ocasión, no tendría lugar un vestido satinado, unas sandalias de tacón fino y unos pendientes largos de brillantes”. Y es que “llevar la indumentaria correcta genera confianza en quien la luce e indica que quien la lleva sabe dónde está. Como Lorenzo Caprile dice, ‘las bodas son la alfombra roja de una familia’”. Palabra de experto.
*Agradecimientos: Hotel Las Caldas