Sudar es un acto natural, una reacción de nuestro organismo cuando hacemos un esfuerzo, estamos muy nerviosos o hace mucho calor. “Sudamos porque es la forma en que nuestro cuerpo regula la temperatura. El sudor es producido por las glándulas sudoríparas, que se activan cuando sube la temperatura interna, ya sea por ejercicio, calor ambiental o situaciones de estrés. Al evaporarse, el sudor enfría nuestra piel, evitando que la temperatura corporal aumente demasiado”, explica la doctora Iris González Villanueva, dermatóloga de ENEA Clínica, que nos cuenta que aunque a veces pueda resultarnos molesto, es una función vital para mantenernos frescos y evitar un posible sobrecalentamiento. El problema viene cuando ese sudor es excesivo y se convierte en patológico, apareciendo la hiperhidrosis.
Así, hay personas para las que se convierte en un problema, pues sudan incluso cuando están en reposo o cuando la temperatura no es demasiado elevada. Padecen una patología, que se conoce como hiperhidrosis, una sudoración excesiva, derivada de causas muy diversas, como infecciones, diabetes, tiroides… y con un efecto muy molesto. Se manifiesta, sobre todo, en las manos, las axilas y los pies y afecta, aproximadamente a un 3% de la población en general, tanto hombres como mujeres.
¿Transpirar es lo mismo que sudar?
No obstante, la experta hace una diferenciación entre sudar y transpirar, dejando claro que, aunque muchos lo utilizan como sinónimos, en dermatología hay una diferencia entre ambos términos. "Sudar suele referirse a la producción de sudor en zonas específicas, como las axilas, donde las glándulas apocrinas están más activas”, mientras que “transpirar se entiende como la producción de sudor a través de todo el cuerpo, por parte de las glándulas ecrinas. Estas son las responsables del sudor que experimentamos al hacer ejercicio o cuando hace calor. Ambas formas son esenciales para mantener el equilibrio térmico del cuerpo”, explica.
El conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo (es decir, el microbioma cutáneo), juega un papel importantísimo en el olor corporal
¿Por qué el sudor huele mal?
El sudor en sí mismo no tiene olor. “El mal olor se produce cuando las bacterias que viven en nuestra piel descomponen ciertos componentes del sudor, principalmente los de las glándulas apocrinas”, expone. En otras palabras, nos cuenta “estas glándulas lo que hacen es producir un tipo de sudor más graso y rico en proteínas, que al descomponerse por la acción bacteriana, libera compuestos que generan ese olor fuerte que solemos asociar con el sudor, sobre todo en zonas como las axilas”, aclara.
Además, “el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo (es decir, el microbioma cutáneo), juega un papel importantísimo en el olor corporal. Dependiendo de la composición bacteriana de nuestra piel, el sudor puede oler de una forma u otra”, explica.
“Algunas bacterias descomponen el sudor produciendo olores más fuertes, mientras que otras no generan tanto mal olor. Cada persona tiene un microbioma único, por lo que la percepción del olor corporal puede variar de una persona a otra. Mantener un equilibrio saludable en nuestro microbioma puede ser clave para mantener controlado el mal olor corporal”, recalca la dermatóloga.
¿Cuáles son las causas más comunes de la hiperhidrosis?
La hiperhidrosis es aquella situación en la cual se produce un exceso de sudoración (superior al normal). Tal y como nos explica la doctora Iris González Villanueva, dermatóloga de ENEA Clínica, puede afectar a toda la superficie corporal o solo estar localizada en áreas como axilas, palmas de las manos o plantas de los pies.
Dos tipos de hiperhidrosis
La doctora nos indica que hay dos tipos de hiperhidrosis: la primaria que puede iniciarse a cualquier edad y no tiene una causa conocida (aunque se han implicado factores como la predisposición genética) y la secundaria, que puede tener su origen en trastornos de la glándula tiroides, diabetes mellitus, tumores, menopausia o algunos fármacos.
Cómo saber si sudo demasiado
Una de las dudas que podemos plantearnos es cuáles son las claves para saber si nuestra sudoración es excesiva o está dentro de lo normal. “En consulta se pueden realizar ciertos test que ayudan a determinar si realmente la sudoración es excesiva. Una de esas pruebas es la de yodo-almidón (Test de Minor)”, comenta la doctora. “Aunque si vemos un paciente que nos cuenta que debe cambiarse varias veces de camisa, o que empapa los folios al escribir o que debe cambiarse de calzado a menudo, ya nos orienta a que existe una hiperhidrosis clara, sin realizar ningún test”, nos cuenta.
Un problema que afecta a nivel psicológico
De lo que no cabe ninguna duda es de que este problema de salud interfiere en el día a día de quien lo padece. Y es que no podemos perder de vista que es un problema que afecta también a nivel psicológico. “Los pacientes viven en un estado de ansiedad debido a esa sudoración, y ese estado de nerviosismo empeora también la sudoración, por lo que se produce un ‘círculo vicioso’ y se perpetúa el problema”, indica.
A quienes padecen este problema, les afecta mucho, ya que son pacientes que pueden tener que cambiar sus hábitos y sus actividades sociales por culpa de la sudoración. “Además, en edades tempranas de la vida, los pacientes con hiperhidrosis tienen dificultades para completar las tareas en folios/cuadernos o hacer exámenes porque emborronan todo a causa de la sudoración; y en ocasiones les genera un estigma social”, nos comenta.
“Puede que haya épocas de la vida en las que pueda mejorar o disminuir la sudoración; pero habitualmente los pacientes la arrastran toda la vida”, indica la experta.
En los últimos años, el uso de fármacos orales ha supuesto una revolución, porque son seguros para los pacientes y ellos aprenden a regular incluso las dosis
Factores que pueden empeorar la hiperhidrosis
Uno de los problemas añadidos es que la sudoración puede aumentar debido a factores externos, como son el estrés, la ansiedad o los nervios, que pueden, sin duda, empeorar y perpetuar el problema. “También los cambios hormonales (como la menopausia), o las estaciones más cálidas suelen ser épocas de empeoramiento de los pacientes con hiperhidrosis”, añade la doctora.
“Respecto a la dieta no hay nada que esté científicamente demostrado que ayude a reducir la hipersudoración, pero sabemos que las comidas calientes o picantes pueden empeorarla”, explica la especialista.
Cómo tratar la hiperhidrosis
Ante esta situación, nos planteamos qué opciones de tratamiento hay disponibles y cuál es la más efectiva para los pacientes que padecen este problema. “Afortunadamente, hay muchas opciones de tratamiento. En casos leves, los antitranspirantes pueden ayudar; y luego hay técnicas que se basan en la aplicación de una corriente eléctrica a través de la piel (iontoforésis) que produce una reducción del sudor y se pueden utilizar en el domicilio”, indica la doctora González Villanueva, que añade que para casos más severos existen tratamientos orales y también la inyección de toxina botulínica. “Y cuando tenemos un paciente que no mejora a pesar de utilizar todo lo anterior, se debería plantear la cirugía”, nos detalla. “En los últimos años, el uso de fármacos orales ha supuesto una revolución, porque son seguros para los pacientes y ellos aprenden a regular incluso las dosis. Y además suelen tolerarse fenomenal”, nos cuenta.
El exceso de sudor como síntoma de otras enfermedades
Hay, además, que plantearse si la hiperhidrosis puede ser síntoma de otra enfermedad. “De hecho, siempre debemos descartar alteraciones del tiroides, diabetes, alteraciones hormonales… antes de catalogar una hiperhidrosis como primaria”, nos cuenta la dermatóloga.