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mujer madura caminando sobre la arena de la playa© Getty Images

Estas son las razones por las que es importante que los pacientes con párkinson hagan ejercicio

Los expertos apuntan que la actividad física mejora la movilidad, la fuerza muscular y el equilibrio, lo que ayuda a reducir el riesgo de caídas y facilita la realización de actividades cotidianas


30 de mayo de 2025 - 7:00 CEST

Para los pacientes con párkinson, mantenerse activos no es solo una recomendación médica, sino una herramienta poderosa para mejorar su calidad de vida. La actividad física ayuda a combatir la rigidez, mejorar el equilibrio y fortalecer la autonomía, convirtiéndose en un aliado indispensable frente a los desafíos de esta enfermedad neurodegenerativa. Por eso es importante que estas personas tengan clara la importancia del movimiento si quieren contribuir a ralentizar los síntomas de la enfermedad.

Beneficios de la actividad física para los pacientes con párkinson

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la actividad física mejora la movilidad, la fuerza muscular y el equilibrio, lo que ayuda a reducir el riesgo de caídas y facilita la realización de actividades cotidianas. Así nos lo explica Alejandro Maroto, entrenador personal de Blua de Sanitas, quien añade que, por otra parte, contribuye a mantener una postura más erguida y una marcha más estable, aspectos que se van deteriorando con el paso del tiempo de esta enfermedad.

“Además, cabe mencionar que el ejercicio permite conservar la flexibilidad articular, disminuir la rigidez y mejorar la coordinación. Por ello, estas ventajas se traducen en una mayor autonomía funcional y en un mejor control de los síntomas motores del párkinson”, nos comenta.

El ejercicio permite conservar la flexibilidad articular, disminuir la rigidez y mejorar la coordinación, lo que se traduce en una mayor autonomía funcional y un mejor control de los síntomas motores del párkinson

El ejercicio y la progresión de la enfermedad

Existen diversos estudios que determinan que el ejercicio, aparte de mejorar los síntomas, ralentiza la progresión del deterioro motor. “Esto se debe a que mantiene activos los circuitos neuronales implicados en el movimiento, favoreciendo una mayor preservación de la función motora”, cuenta el entrenador personal, que nos detalla que, además, la dependencia de medicamentos se ve reducida a largo plazo y se potencia la respuesta a los mismos. “De hecho, practicar ejercicio con regularidad puede incluso llegar a retrasar el momento en que ciertos síntomas limitantes aparecen”, apunta.

Qué ejercicios son recomendables para pacientes con párkinson

Teniendo en cuenta los beneficios, nos planteamos qué tipo de ejercicios son más recomendables para los pacientes en las diferentes etapas del Parkinson.

  • En fases iniciales, el entrenador personal apunta que lo más recomendable son los ejercicios aeróbicos (caminar, nadar, bailar) combinados con trabajo de fuerza y el trabajo de movilidad y flexibilidad, ya que ayudan a conservar la capacidad física general y prevenir la sarcopenia. En este sentido, también son útiles los ejercicios de coordinación, equilibrio y propiocepción.
  • Mientras, respecto a las fases moderadas o avanzadas, deben priorizarse ejercicios supervisados. La fisioterapia individual, la reeducación de la marcha, ejercicios de fortalecimiento para el control postural y el entrenamiento dual (motor y cognitivo) son muy importantes en estas fases. No obstante, en esta etapa es clave la personalización según el nivel de movilidad y las limitaciones del paciente.

Lo que es importante es adaptar los ejercicios a medida que la enfermedad progresa. “A medida que el párkinson avanza las capacidades motoras del paciente cambian, por lo que los ejercicios deben ser ajustados regularmente. Por ejemplo, un programa que fue adecuado en una etapa temprana puede resultar ineficaz o incluso contraproducente en una etapa más avanzada”, nos indica el experto.

Ante esta situación, adaptar la actividad física permite mantener los beneficios sin comprometer la seguridad, priorizando ejercicios funcionales, dando asistencia en movimientos complejos y probablemente desarrollando sesiones más cortas. En definitiva, el seguimiento profesional es primordial para ajustar el plan a las nuevas necesidades.

A medida que el párkinson avanza las capacidades motoras del paciente cambian, por lo que los ejercicios deben ser ajustados regularmente

Mejora de los síntomas no motores

El ejercicio no es solo bueno para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente. Por eso, nos planteamos también qué papel juega la actividad física en la mejora de los síntomas no motores de esta enfermedad neurodegenerativa, como la depresión o los trastornos del sueño. “El ejercicio afecta de manera positiva sobre el estado de ánimo al estimular neurotransmisores como la serotonina, endorfinas y noradrenalina. Estas ayudan a disminuir los niveles de depresión y ansiedad, lo que mejora también la autoestima y el bienestar general”, indica.

En torno al sueño, el experto apunta que la actividad física regular favorece la regulación del ritmo circadiano, lo cual facilita la conciliación del sueño y mitiga los despertares nocturnos. Gracias a ello, los pacientes descansan mejor y afrontan el día con mayor energía.

mujer madura nadando© Getty Images

Ejercicio y neuroplasticidad

¿Cómo afecta el ejercicio a la neuroplasticidad y la producción de dopamina en el cerebro? “La neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro para reorganizarse y adaptarse. En este caso, el ejercicio estimula esta capacidad, favoreciendo la creación de nuevas conexiones neuronales que pueden compensar la pérdida de células dopaminérgicas”, indica el experto.

Pero es que, además, se ha observado que determinadas actividades físicas, como el ejercicio aeróbico sostenido, incrementan la liberación y aprovechamiento de dopamina, mejorando así la función motora e impulsando la eficacia de los tratamientos farmacológicos.

Es importante que el paciente interrumpa el ejercicio si presenta síntomas como mareo, fatiga excesiva, dolor en el pecho, palpitaciones o sensación de falta de aire

Precauciones al hacer deporte

Los pacientes han de tener en cuenta una serie de precauciones cuando hacen deporte. ¿Qué señales de alerta deben tener en cuenta los pacientes al realizar actividad física? “Es trascendental que el paciente interrumpa el ejercicio si presenta síntomas como mareo, fatiga excesiva, dolor en el pecho, palpitaciones o sensación de falta de aire. Estos signos pueden indicar una sobrecarga o un problema cardiovascular que requiere atención médica”, comenta el entrenador.

Por otro lado, deben vigilarse signos neuromotores como inestabilidad repentina, pérdidas de equilibrio repetidas, así como temblores o rigidez aumentada durante el ejercicio. “Si aparecen, se debe ajustar el tipo de actividad y consultar al equipo médico o fisioterapeuta especializado”, nos cuenta Alejandro Maroto.

Mantener la motivación

Uno de los problemas que pueden afrontar los pacientes con Parkinson es la falta de motivación a la hora de realizar ejercicio físico. La propia enfermedad puede hacer que se sientan desganados, apáticos, y que lo que menos les apetezca sea ponerse en marcha. ¿Qué estrategias se pueden utilizar para motivar a los pacientes con párkinson a mantenerse activos? El experto recomienda establecer rutinas con objetivos realistas y a corto plazo facilita el seguimiento del progreso y refuerza la motivación. Asimismo, es útil elegir actividades que sean agradables y significativas para el paciente.

“Por último, la participación en grupos o clases colectivas aporta un componente social que refuerza el compromiso emocional y combate el aislamiento. Bajo esta perspectiva, incluir a familiares o cuidadores en el proceso también puede ser un factor motivador clave”, nos dice.

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